Ensalada
mixta de ajo
Esta ensalada es ideal para consumir a
diario, al menos en el almuerzo o cena para ayudar a depurar la sangre,
eliminando las toxinas y contrarrestar y prevenir los efectos de la
hipertensión.
Ingredientes:
-
Radicheta
(diente de león)
-
Rúcula
(rúgula)
- Ajo ( 3 o 4 dientes)
Lavar y cortar en forma muy pequeña las hojas de
radicheta y rúcula. Luego cortar los dientes de ajo. Tener en cuenta que el ajo
esté fresco, en buen estado y que tenga un aspecto terso. Se continúa mezclando
todos los ingredientes y se condimenta a gusto. Este tipo de ensaladas debe
realizarse y consumirse en el momento.
Consumiendo a diario esta simple ensalada se
estarán aprovechando los beneficios curativos del ajo.
El poder curativo del ajo:
Hoy la
ciencia ha confirmado que el ajo tiene cerca de cien compuestos diferentes que
combinados le otorga su eficacia y potencia terapéuticas. Muchos
opinan que estos no son más que una aproximación y que en los próximos años
podrían descubrirse muchos más.
Es fuente de
vitaminas (A, B1, B2, B3, C y E ) , de minerales (potasio, fósforo, calcio,
hierro y sodio) y es la planta mas rica en SELENIO y
Germanio orgánicos.
La muerte
súbita infantil, la atrofia pancreática, la necrosis del hígado y la
infertilidad son enfermedades en las que se encuentra involucrada la
deficiencia de SELENIO.
Los efectos
tóxicos del cadmio (baterías de celulares), del arsénico, el mercurio y el
cobre, son neutralizados por el selenio.
Los autores
de varios ensayos han encontrado que el selenio reduce el crecimiento tumoral y
estimula la apoptosis (tipo de muerte celular controlada).
El Ajo
contiene también adenosina (neuromodulador en el
Sistema Nervioso Central) que le permite bloquear la agregación de plaquetas y
fluidificar la sangre. Disminuye el nivel del llamado “colesterol
malo” y de los triglicéridos tanto en la sangre como en el
hígado.
Pero lo más
valioso del ajo como medicinal son sus aminoácidos sulfúreos o azufrados (alicina)
que le confieren un marcado poder antibacteriano y antivírico y contribuyen con
el cuerpo en la eliminación de toxinas nocivas (metales tóxicos).
Se ha
demostrado que el ajo también inhibe el crecimiento de los estafilococos, los
estreptococos y las bacterias causantes de la disentería y del tifus. Además
está demostrada su efectividad para combatir microorganismos resistentes a
ciertos antibióticos -destruye las bacterias patógenas en los intestinos sin
dañar la flora natural que interviene en la digestión- y aumenta las defensas
naturales del organismo. Esta comprobado como un excelente anti inflamatorio.
En lo que
ningún otro remedio lo iguala es en la lucha contra los problemas
cardiovasculares (reduce los niveles de triglicéridos en la sangre y “colesterol
malo”, disminuye la presión arterial, previene la coagulación o la trombosis en
los vasos sanguíneos).
Tiene,
además, propiedades analgésicas para el dolor de cabeza y de muelas.
Es eficaz para evitar el estreñimiento, las várices, las hemorroides y prevenir
los problemas renales.
Para seguir
hablando del ajo es necesario que mencionemos a los radicales libres,
porque esta planta es tremendamente eficaz para mantenerlos a raya.
Las
reacciones químicas de los radicales libres se dan constantemente en las
células de nuestro cuerpo y son necesarias para la salud. Pero, el proceso debe
ser controlado con una adecuada protección antioxidante. Un antioxidante es una
sustancia capaz de neutralizar la acción oxidante de los radicales libres,
liberando electrones en nuestra sangre que son captados por los radicales
libres convirtiéndose en moléculas estables.
Pues bien,
el Ajo es un poderoso antioxidante.
Para
los diabéticos es también importante ya que reduce los
niveles de azúcar en la sangre estimulando el proceso de absorción de la misma.
Y como si no fuera suficiente, la alicina del ajo ayuda al organismo a eliminar
las células cancerosas.
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